En los últimos años, se ha comenzado a implantar en la sociedad un estilo de vida más minimalista y en contacto con la naturaleza. Este sentimiento de volver a los orígenes y frenar el cambio climático se ha vuelto un modo de vida que afecta a la forma de consumir, alimentarse, el ocio, y como no, la decoración.
Es entonces, cuando surge el estilo orgánico moderno en la decoración. Este estilo promueve la armonía del hábitat con el mundo natural y su objetivo es integrar la vivienda con su entorno para crear una composición equilibrada.
Su mayor exponente es la arquitectura, donde surge en la década de los 30 y 1940 y bebe del funcionalismo. Algunos de los arquitectos que mejor representan este movimiento son Frank Lloyd Wright, Erik Gunnar Asplund, Alvar Aalto o Hugo Häring.
Pero ¿Cómo se integra este movimiento en el diseño de interiores?
Según lo descrito anteriormente, podemos suponer que la naturaleza es la protagonista, y efectivamente así es. Se intenta potenciar la luz natural y la utilización de materiales naturales o reciclados, preferiblemente autóctonos, para crear espacios relajados y confortables. En el caso de necesitar luz artificial, se recurrirá a materiales y colores que se integren con el resto de la decoración.
Predomina lo útil frente a lo ornamental, y el diseño del mobiliario destaca por sus líneas limpias de estilo rústico. Son muebles sin exageraciones y con materiales sin tratar, aunque las fibras naturales como el bambú o el ratán son muy bien acogidas por este estilo.
Como no, las plantas son esenciales en este estilo. Aportan el toque fresco y natural que también encontramos en los colores, que buscan potenciar la luz. Por lo que los tonos blanco, beige, verde, lavanda o amarillo claro son los más adecuados.
¿Qué te parece el estilo orgánico moderno? ¿Lo incluirías en tus diseños?